¿Eres puntual?

En el DPD se define puntual así:

‘Que llega o actúa a la hora precisa o convenida’.

Ese diccionario hace un flaco favor al español al señalar, después de esa definición, esto:

«No hay por qué censurar su empleo, muy extendido hoy, con el sentido de ‘aislado o concreto, limitado a un caso individual’:«Es posible que se trate de un problema puntual, muy preciso y concreto»«.

Dejemos la palabra puntual para designar al que llega a la hora. Respetemos la realidad y el lenguaje que la designa, como defiende Enric González.

Con acierto y precisión un columnista de La Vanguardia escribió un artículo sobre el empleo de este adjetivo. El motivo que movió a escribirlo fue la expresión «retrasos puntuales». Expresión que dio a luz algún sabio innovador cuando la nube de ceniza asolaba el continente europeo.

Este es su artículo:

«Adiós concreto

Aunque parezca mentira, la nube de cenizas volcánicas también tiene consecuencias lingüísticas. Hace tiempo, Magí Camps y Quim Monzó ya observaron, cada uno a su manera, el uso inadecuado del adjetivo puntual en lugar de concreto. Ya saben: problemas puntuales en lugar de problemas concretos y otras formulaciones que contribuyen a contaminar el idioma sin que nos demos cuenta. Luego, cuando ya es demasiado tarde, alguna autoridad certifica el fenómeno, realiza los controles oportunos y, como ocurre con el puntual catalán, amnistía los antecedentes penales del adjetivo en cuestión.

Una de las consecuencias de la espectacular erupción islandesa ha sido la continuada alteración del tráfico aéreo. El impacto económico ha sido notable y los responsables de las compañías aéreas, que ya suelen trabajar con el agua al cuello, rezan para que no sobrevenga una nueva desgracia que altere aún más sus previsiones. Esta alteración intermitente del espacio aéreo genera ríos de información y, para evitar sorpresas desagradables, los usuarios estamos pendientes de la nube de cenizas. Pones la radio, en catalán o en castellano, y el recurso es siempre el mismo: casi siempre se habla de retrasos puntuales. Primero lo oyes sin percibir nada extraño en la formulación. Luego, sin embargo, recuerdas los avisos de Camps y de Monzó y compruebas que la evolución decadente del adjetivo ha llegado a la cima del disparate. El adjetivo puntual, que siempre se había utilizado para describir la virtud de la puntualidad, se aplica al sustantivo retraso. Ni Cantinflas se habría atrevido a tanto. De manera que, aplicando la misma lógica, una persona habitualmente puntual puede ser, al mismo tiempo, puntualmente impuntual.

A estas alturas, rasgarse las vestiduras sería una extravagancia y más de un experto sostiene que las lenguas evolucionan así, metamorfoseando sus significados y mutando como los monstruos de las películas de terror. Sin embargo, cada vez que oigo el adjetivo puntual definiendo el sustantivo retraso, pienso en lo absurdo que es todo y me pregunto qué demonios ocurrirá con el pobre adjetivo concreto. ¿Habrá notado que lo utilizan menos que antes? ¿Se sentirá aliviado, dolido, desahuciado? ¿A los adjetivos abandonados les ocurre lo mismo que a las personas que notan que han dejado de quererlas? ¿Existe una perrera para concretos abandonados? Desde aquí, mi solidaridad con el adjetivo concreto. Si puedo hacer algo por mejorar su situación, que me lo diga, y estoy dispuesto a emprender las acciones puntuales que convenga para ayudarle. Perdón: quise decir las acciones concretas.»

(Sergi Pàmies, La Vanguardia)

Puntuación: 3 de 5.

Respuestas

  1. Avatar de Rosa De Cyan
    Rosa De Cyan

    A este tipo de expresiones,’retraso puntual’, se les llama oxímoron ¿no es así?
    Me gustaria poder leer información específica y su opinión sobre el término.
    Salud.

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    1. Avatar de Ricardo Jiménez
      Ricardo Jiménez

      Hola. Gracias por el comentario. En efecto, esa expresión es un oxímoron. Aunque se trate de una expresión impropia (‘puntual’ no es la palabra adecuada). El oxímoron consiste en la relación de dos palabras, no de dos frases, de significado excluyente u opuesto. Es conocido aquel oxímoro de una poesía barroca «En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja«. ¿Más información? Un buen libro sobre retórica. Conozco un manual de retórica y métrica de Kurt SPANG. Saludos cordiales

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